1.- Creemos que la Biblia es la palabra inspirada e infalible de Dios. 2 Timoteo 3:10.
2.- Creemos que hay un Solo Dios, que se manifiesta con tres personas diferentes: En la persona del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19.
3.- Creemos en la deidad de nuestro Señor Jesucristo, en su nacimiento virginal, en su vida sin pecado, en sus milagros, en su muerte vicaria, expiatoria y redentora, en su resurrección corporal, en su ascensión a la diestra del Padre, y en su regreso futuro a la tierra en poder y gloria para gobernar por mil años. Juan 1:1
4.-Creemos en el arrebatamiento de la iglesia, en la segunda venida de Cristo. Tito 2:13
5.-Creemos que el único medio de ser limpio del pecado, es mediante el arrepentimiento y la fe en la sangre vertida de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14:6
6.-Creemos que la regeneración, por medio del Espíritu Santo, es absolutamente esencial para la salvación personal. Tito 3:5
7.-Creemos en el bautismo en agua por inmersión. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Mateo 28:19
8.-Creemos que la obra redentora de Cristo en la Cruz, hace provisión para la sanidad del cuerpo humano, como repuesta a la oración de fe. En este sentido, la Palabra dice lo siguiente en relación a nuestro Señor Jesucristo: “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” 1 Pedro 2:24. Léase también a Isaías 53:4-5.
9.-Creemos en el bautismo en el Espíritu Santo, según lo que nos dice Hechos 2.4. Éste se da a los creyentes que lo piden, para ser revestidos de poder de lo alto, y estar ungidos por la presencia de Dios, e irse a predicar y trabajar en la viña del Señor.
10.-Creemos en el poder santificador del Espíritu Santo, que capacita al creyente para vivir una vida santa. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. Gálatas 5:16-25.
11.-Creemos en la resurrección de los salvados y de los perdidos, los primeros para vida eterna en la presencia de Dios, y los últimos para condenación eterna en el lago de fuego.
El juicio ante el gran trono blanco:
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Apocalipsis 20:11-15 y Daniel 7:9-10.
12.-Creemos que debemos ser ungidos por el Espíritu Santo de Dios, si queremos ser usados por Dios en Su Iglesia. Su presencia tiene que estar siempre en todo ministro de Dios.
Su presencia sólo se mantiene, una vez ungido por el Espíritu Santo, con una total entrega y apartados en obediencia, humildad y santidad ante Dios. Pero además, con una constante búsqueda de Su rostro en ayuno, oración y clamor de intersección por las almas que no conocen a Cristo Jesús no se pierdan. Pero además, para que los ministros y la iglesia de Cristo Jesús prediquen el Evangelio con denuedo.
Y finalmente, la Palabra de Dios dice: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8.
Sin esa unción genuina no hay ministerio. Ni hay iglesia, como tampoco podemos ir a ninguna parte en el mundo, como embajadores, representantes y testigos idóneos de Jesucristo. La unción, y el poder vienen de la obediencia. Entonces, tendremos los dones del Espíritu Santo para la Iglesia. Sólo así, el Poder del Espíritu Santo va a través de nosotros.
De ahí que necesitemos hacer instrumentos de enseñanza, como institutos, colegios y universidades, para enseñar y formar nuestros líderes y al pueblo de Dios sobre la UNCION GENUINA DEL ESPIRITU SANTO Y LA UNIDAD DE LA IGLESIA DEL SENOR, EN UN MISMO SENTIR.
Con relación al párrafo anterior Romanos 15:5-6 dice: “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”
A su vez, Daniel 12:7 añade que: “Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas”.
Finalmente, 1 Corintios 1:10 nos dice: ¿Está dividido Cristo? Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.